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miércoles, 24 de diciembre de 2008

¿Quién creo a Dios?

Comencé a leer un libro que voy a regalar (hay que saber qué se esta regalando ¿no?...jajjaj) y me encontré con esta pregunta que me pareció interesante compartir con ustedes.


¿QUIEN CREO A DIOS?

Nadie. No fue creado. Siempre existió. Solo las cosas que tienen un principio, como el mundo, necesitan que haya un creador previo. Dios no tuvo principio y, por lo tanto, no necesitaba ser creado.
Para quienes son un poco mayores es posible agregar algo más. Tradicionalmente, la mayoría de los ateos que niegan la existencia de Dios creen que el universo no fue creado; sim­plemente siempre estuvo “allí”. Apelan a la primera ley de la Termodinámica para respaldar su argumento: “La energía no se crea ni se destruye”, insisten. Correspondería realizar varias observaciones.
Primero, esta manera de expresar la primera ley no es cien­tífica, más bien es una aseveración filosófica. La ciencia se basa en observaciones, y no hay ninguna observación empí­rica que pruebe ese dogmático “nada se creó”, implícito en dicha afirmación. Para ser científica, debería expresarse de la siguiente forma: “Según las observaciones, la cantidad de energía presente en el universo permanece constante”. Es decir, nadie ha observado el aumento de nuevas existencias de energía o la disminución de las actuales. Esta ley, debida­mente entendida, no se pronuncia acerca de la eternidad ni dice nada acerca de que el universo tenga o no principio. Se entiende de esta que la energía bien podría, como bien no, haber sido creada. Se limita a afirmar que si la energía fue creada, lo más que se puede decir es que la cantidad total ha permanecido constante desde entonces.
Es más, supongamos que la energía, el universo de energía que llamamos cosmos, no haya sido creado, como muchos ateos han creído tradicionalmente, entonces no tendría sen­tido preguntar quién creó el universo. Si la energía es eterna y nunca fue creada, nadie la pudo haber creado. Siempre existió. Por lo tanto, si no tiene sentido preguntar: ¿Quién creó el universo?, ya que siempre existió, tampoco tiene sentido preguntar: ¿Quién creó a Dios?, por cuanto siem­pre existió.
Si el universo no es eterno es necesario que obedezca a una causa. Pero, por otra parte, si no tiene principio, no necesita una causa que le dé origen. De igual modo, si existe un Dios que no tiene principio, es absurdo preguntar: ¿Quién creó a Dios?. Preguntar: ¿Quién creó lo no creado? o ¿Quién hizo lo no creado? es una confusión de categorías. Sería lo mismo que preguntar: ¿Quién es la esposa del soltero?.




Extracto del libro "¿Quién creo a Dios?"
de Raví Zacharías-Norman Geisler
Editorial Vida.